Estudio de patios activos con material autoconstruido

La validación científica de las actividades que se desarrollan en la escuela sigue siendo una asignatura pendiente. Por esta misma razón resultan de capital importancia los estudios que puedan arrojar luz sobre el verdadero impacto de los métodos y acciones que tienen lugar en los centros educativos. Este es el caso de este estudio que ha sido presentado recientemente: Recreos activos con material autoconstruido: una mirada desde la perspectiva parental.

Esta investigación ha sido desarrollada en nuestro Colegio por los autores: Josu Barrenetxea-García (Osotu Lanbarri Ikastetxea), Jon Ortuondo (Escuela Universitaria de Magisterio Begoñako Andra Mari, BAM) y Antonio Méndez-Giménez (University of Oviedo). En la misma se estudia el impacto de esta actividad en el colegio Osotu Lanbarri, durante el curso lectivo 2022/23.

El programa de patios activos constaba de dos fases: la primera, la construcción del material, en la que se implicó tanto a alumnado del centro como a las propias familias que colaboraron en la elaboración de las piezas dedicadas a la práctica de diferentes juegos: Frisbee, pelota mano, cesta punta. Todas las piezas se construyen con materiales simples al alcance de cualquier familia: cartón, cinta adhesiva, envases de plástico, palos de escoba, etc.
La segunda fase, lógicamente, es el desarrollo de actividad física, el juego, relacionado con lo materiales autoconstruidos.

Debemos resaltar que diversas investigaciones han reportado, de manera consistente, importantes beneficios para la salud derivados de adoptar estilos de vida activos desde la infancia, tanto en su componente físico como mental, cognitivo y social. Los niveles de Actividad Física recomendados por la Organización Mundial de la Salud (OMS, 2020), son de, al menos, 60 minutos al día de Actividad Física moderada o vigorosa y un mínimo de tres veces por semana de actividades que fortalezcan el sistema músculo-esquelético.
Sin embargo, la mayoría de los niños y adolescentes no cumple con los niveles diarios recomendados de actividad física. Una revisión sistemática que examinó 24 estudios internacionales calculó que la media ponderada para la Actividad Física durante el recreo por día es de 12 minutos; lo que supone el 20% de la recomendación diaria. Las niñas son más sedentarias y participan en menos Actividad Física que los niños, mientras que las niñas de mayor edad son menos activas que las más jóvenes
Los programas de recreos activos han sido señalados como espacios ideales para proporcionar a los escolares beneficios físicos, cognitivos, emocionales y sociales. Implicar al alumnado en la autoconstrucción de materiales a partir de objetos de desecho y reciclados se ha propuesto como un modelo pedagógico y económico para la enseñanza de los contenidos de educación física, así como para promover los niveles de Actividad Física durante el recreo. 

Entrevistas

El estudio se propuso examinar las percepciones de los docentes y de las familias acerca de la implementación de un programa de recreos activos durante un curso escolar que se basó en la construcción compartida de materiales por padres y alumnado. Se realizó un estudio cualitativo mediante entrevistas semiestructuradas. El análisis de datos por categorías se basó en reducción de datos, análisis descriptivo e interpretación.

Efectos físicos
Tanto los docentes como los familiares entrevistados informaron de que a través del proyecto de patios activos se había conseguido aumentar la práctica de Actividad Física del alumnado. Del mismo modo, insinuaron que el aumento de la práctica se había dado mayoritariamente en el alumnado menos activo. En la misma línea, varias familias expresaron que este proyecto había dado la oportunidad de aumentar el tiempo de práctica a algunos estudiantes que no se sienten atraídos por las actividades más comunes, como «los juegos con balones» que se desarrollan con más frecuencia en los patios.

Socialización
La totalidad de los entrevistados opinó que este proyecto había afectado de manera positiva en las relaciones sociales entre el alumnado del centro. El profesorado y las familias mencionaron que la experiencia había favorecido el trabajo en grupo, tanto a la hora de elaborar los materiales como a la hora de jugar con ellos. Además, declararon que este proyecto había desarrollado vínculos sociales entre estudiantes de distintas edades, cursos, características e in- quietudes.
Los participantes consideraron que el proyecto había afectado de manera positiva en la relación entre el alumnado y las familias. Por un lado, los docentes señalaron que las familias habían manifestado su satisfacción por participar de manera activa en el proceso de aprendizaje de sus hijos.

Facilitadores
Tanto los docentes como las familias resaltaron los beneficios y aspectos positivos del proyecto de patios activos desarrollado en el centro. Los aspectos positivos más señalados fueron: la implicación de la comunidad educativa (estudiantes, familias y docentes), la mejora de las relaciones sociales entre el alumnado, el trabajo de concienciar a los estudiantes sobre el uso de material reciclado y la autoconstrucción del mismo, el desarrollo de la creatividad mediante la autoconstrucción de materiales, y el aumento del abanico de prácticas motrices tanto en el centro como en las alternativas de ocio.
Respecto a la dimensión Materiales autoconstruidos, el profesorado del presente estudio informó de que los más exitosos habían sido el skipper, el frisbee y el stick de floor- ball. Para las familias, los materiales con mayor aceptación fueron el frisbee, las pelotas (de pelotamano), la cesta punta y el stick de floorball.
Además, todos los informantes coincidieron en afirmar que implicar a los estudiantes en la construcción de material para jugar a partir de material reciclado es una buena estrategia para transmitir valores como el consumo responsable, el cuidado del medio ambiente y la conciencia sobre el reciclaje.

Podéis leer el estudio completo en el siguiente enlace.

About the author: Aitor Baltziskueta