El modelo Educar con 3Ces, desarrollado por la asesora educativa y pedagoga Mar Romera (Granada 1967), es el resumen de una vida dedicada a la enseñanza y el estudio.
Su modelo educativo se centra en el desarrollo integral del alumnado, dando prioridad tanto las habilidades cognitivas como las emocionales. Este enfoque destaca la importancia de educar desde una perspectiva global, respetando las necesidades y ritmos individuales de cada niño y niña.
1. Capacidades: Mar Romera defiende que cada estudiante tiene un potencial único, y el sistema educativo debe fomentar un aprendizaje que tenga en cuenta sus características y fomente sus capacidades, no solo centrándose en lo académico, sino también en el desarrollo personal.
2. Competencias: En lugar de un aprendizaje memorístico, el modelo promueve el desarrollo de competencias clave para la vida, como el pensamiento crítico, la resolución de problemas y la colaboración. Esto prepara al alumnado para un futuro lleno de desafíos, tanto en lo profesional como en lo personal.
3. Corazón: La educación emocional es fundamental. Romera destaca la importancia de enseñar desde el afecto y la empatía, creando entornos educativos donde los estudiantes se sientan valorados, escuchados y motivados.
Este modelo no solo busca el éxito académico, sino también el bienestar emocional, creando personas más felices, empáticas y capaces de gestionar sus emociones.
Educar con 3 Ceses una propuesta transformadora que invita a repensar la educación, enfocándose en formar individuos completos, con habilidades para la vida y el trabajo, pero también con un profundo desarrollo emocional.
Todas las estrategias educativas que podamos adoptar el desarrollo pleno de nuestros niños y niñas, resultarían inútiles sin un entorno de respeto absoluto por los individuos que forman la comunidad.
Este respeto se vive y se aprende, como casi todo en el ser humano, a través del entorno. El ambiente escolar es primordial en este aspecto.
La educación emocional consiste en reconocer nuestras emociones, sobre las que no tenemos control, para identificarlas correctamente (alegría, tristeza, miedo, rabia)… y poder dar una respuesta adecuada, sobre la que sí tenemos el control.
La educación emocional y el entorno de seguridad van de la mano. No puede existir el uno sin el otro.
La educación emocional en Osotu tiene su espacio y su tiempo y es transdisciplinar, ya que se aplica en todos ámbitos y en todas la etapas.
En un contexto cambiante donde nuestros cerebro no es ya sólo físico sino incluso digital el alumnado necesita aprender de otra manera y para ello es necesario hacer propuestas de aprendizajes diferentes.
Hay que proporcionar situaciones en las que tenga que poner en práctica sus habilidades, sus fortalezas, para que pueda transformar su entorno y aprender y desaprender durante toda su vida. Aristóteles decía que “la inteligencia no sólo consiste en el conocimiento, sino en la destreza de aplicar ese conocimiento a la práctica” (Romera. 2019). El aprendizaje por competencias no es nuevo.
Las pedagogías activas son la expresión escolar de cómo aprendería un niño en la vida real, observando, imitando, investigando y poniendo en práctica. En la medida de lo posible es traer el mundo al aula; pero no sólo, porque también es salir al mundo y hacer de él un espacio de aprendizaje. En este modelo la maestra o el maestro no es el centro, este se desplaza al niño o la niña que son los verdaderos protagonistas de su propio aprendizaje. El o la docente está para proponer, ayudar, incentivar y alimentar la curiosidad, el deseo de aprender.
El mundo cambia a una velocidad vertiginosa. Es imposible saber cómo viviremos en el futuro, lo único que sabemos es que hará falta mucha imaginación y creatividad para transformarnos y enfrentar nuevos retos.
Mar Romera
El Aprendizaje Basado en Proyectos tiene en Osotu un enfoque pluridisciplinar y se basa en plantear retos complejos que deben resolverse en grupos.
Abarca un periodo de tiempo bastante extenso e implica conocimientos de varias materias (arte, llinguistica, matemáticas, historia) El desafío que se les plantea tiene reflejo en la vida real (proyecto elecciones). Para poder llevara a cabo el proyecto las y los componentes del grupo deben realizar una instigación abordando los diversos saberes implicados, trabajando de manera autónoma en algunas fases y colaborativa en otras.
En nuestro enfoque el docente pasa a ser un acompañante motivando y guiando a los y las estudiantes que adquieren todo el protagonismo.
El producto final puede ser variado pero habitualmente es una exposición oral ente la clase (o todo el colegio)
Los proyectos también dan la posibilidad de identificar los diferentes ritmos de aprendizaje y atender a la diversidad de forma completa dentro de una misma clase.
Una de las principales ventajas del ABP es que mejora la motivación del alumnado al permitirle participar en tareas relevantes para su contexto. Además, fortalece habilidades como el pensamiento crítico, la resolución de problemas y la capacidad para trabajar en equipo, al mismo tiempo que se afianzan contenidos curriculares y se ponen a prueba competencias clave fundamentales en el siglo XXI
El trabajo cooperativo es una metodología educativa donde los estudiantes trabajan en grupos pequeños para alcanzar objetivos comunes, promoviendo tanto el aprendizaje académico como el desarrollo de habilidades sociales. A diferencia del trabajo en grupo tradicional, el cooperativo se basa en la interdependencia positiva, donde el éxito de cada miembro está vinculado al éxito del equipo (Johnson & Johnson, 1999).
Esta estrategia fomenta el aprendizaje activo, ya que cada estudiante asume un rol específico y es responsable de contribuir al logro del objetivo del grupo. Según Slavin (2011), el trabajo cooperativo mejora el rendimiento académico y fortalece habilidades como la comunicación, la resolución de conflictos y la toma de decisiones. Además, promueve la inclusión, ya que permite que estudiantes de diferentes niveles de habilidad trabajen juntos y se apoyen mutuamente.
El docente desempeña un papel fundamental al estructurar los grupos, asignar roles y facilitar la cooperación. Es crucial enseñar habilidades sociales como la escucha activa y la resolución de problemas para asegurar el éxito del trabajo en equipo (Gillies, 2007).
En resumen, el trabajo cooperativo no solo potencia el aprendizaje, sino que también prepara a los estudiantes para colaborar de manera efectiva, una competencia esencial en la vida laboral y personal.
En Osotu tenemos un alto porcentaje de niños y niñas con alta capacidad y sobredotación. Nuestro modelo educativo se adapta muy bien a sus características y la flexibilidad que nos ofrecen las metodologías aplicadas en el aula, permite ofrecer contenido enriquecido a los y las peques para que crezcan a su propio ritmo.
También tenemos talleres específicos para niños y niñas con alta capacidad en diferentes áreas, a través de retos y proyectos personales y en grupo. De esta manera pueden desarrollar su creatividad, alimentar su curiosidad y profundizar en sus intereses.
Nuestra forma de trabajar desde tutoría y resto de profesorado nos permite una observación directa y cercana con el alumnado, gracias a ello podemos identificar posibles perfiles de alta capacidad o sobredotación, cuando los niños y niñas no traen un diagnostico de un profesional externo.
Cuando esto ocurre ponemos en marcha un protocolo que, además de implementar las pruebas para la detección planteadas desde el Departamento de Educación, en Osotu también pasamos nuestras propias pruebas, para evidenciar si nos encontramos ante un caso de estos.
En muchas ocasiones los niños y niñas con altas capacidades tiene un desajuste emocional, sobre todo en edades tempranas, ya que su capacidad en diferentes áreas esta por delante de su desarrollo emocional. Hay que saber acompañarles en este proceso, largo y no exento de dificultades. Para ello el compromiso de las familias y la actuación conjunta con las tutoras y pedagogas es fundamental para conseguir resultados tangibles.